El día que vetaron "El Plebeyo"
En el pasado mes de abril, cuando me encontraba en Lima, pude ver en un canal de TV la última parte de la entrevista que le hacía el Dr. Marco Aurelio Denegri a Oscar Avilés, logrando escuchar lo que ambos conversaban sobre algunas canciones de Pinglo que, durante un tiempo, fueron prohibidas de que se pasen por las radios peruanas. Ello no sólo es desconocido por muchos sino que resulta inconcebible que al mejor compositor de música criolla que el Perú haya tenido hasta el momento se le vetara en las radios de su propio país, por lo que, pienso, es bueno que el pueblo esté consciente de ese atropello hacia nuestra música popular para que no vuelva a suceder otra afrenta similar con alguno de nuestros compositores.
El veto a Pinglo era un secreto a voces llenas que si muy bien no se dio a conocer públicamente, en su época, éste fue ordenado por el gobierno de entonces que desconocía, totalmente, no sólo la obra del bardo inmortal sino que también desconocía la obra de otra gran figura de nuestro criollismo, Pedro Espinel, quien sufrió también el veto aquel. Al menos el Maestro Pinglo ya había fallecido por lo que no sufrió la afrenta en vida, pero Espinel si estaba vivo y debe haberle dolido mucho que en su propio país se prohiba que sus canciones sean transmitidas por radio o se canten en público.
Corría el año de 1939 y las canciones de Felipe Pinglo se estaban popularizando cada vez más entre el pueblo peruano. Varias canciones de Pinglo, incluso, ya se habían interpretado en películas peruanas que se estrenaron un año antes. "El Plebeyo" se estaba convirtiendo en la canción preferida de muchos intérpretes y del público amante de la canción criolla.
El Perú estaba bajo la dictadura de Oscar R. Benavides quien no sólo perseguía a Haya de La Torre sino a todo lo que era o parezca aprista. Un día de aquel año de 1939 llegó a las radiodifusoras de Lima el mandato de "Orden, Paz y Trabajo" mediante el cual no sólo se atentaba contra compositores peruanos sino que también se pretendió acallar la voz de la canción criolla.
El músico Enrique Pozo Zegarra trabajaba en ese tiempo en la radio Goycochea y a sus manos llegó la circular de la dirección de radio donde se comunicaba a todas las emisoras de Lima que quedaba prohibida la transmisión de diez canciones criollas, bajo amenaza de fuerte multa a la radio y suspensión indefinida a cantantes de ambos sexos.
Según cuenta Pozo Zegarra en un artículo publicado en el diario "La Tribuna" de Piura, el 30 de abril de 1948, y, posteriormente, en un libro pequeño editado en Lima en 1984, "Agravio no reparado a la memoria del inmortal ¡Bardo!", entre las canciones prohibidas estaban: El Plebeyo, La oración del labriego, Mendicidad, El canillita, El huerto de mi amada, El tísico, Droga divina, El expósito y Fin de bohemio. Pozo Zegarra se acordaba del nombre de nueve canciones solamente, la décima canción era "Pobre obrerita" de Pinglo. También él se confunde llamando "Droga divina" a "Sueños de opio" de Pinglo.
Los compositores a quienes sus canciones vetaron fueron tres: Luis Molina (El tísico), Pedro Espinel (El expósito y Fin de bohemio) y Felipe Pinglo (El Plebeyo, La oración del labriego, Mendicidad, El canillita, El huerto de mi amada, Sueños de opio y Pobre obrerita).
Las canciones aquellas fueron sacadas, inmediatamente, de la programación de las radios de Lima. Por ese tiempo, Delia Vallejos, a pesar de su corta edad, ya era figura estelar de radio Goycochea. Delia Vallejos estaba todavía en el Colegio Maria Auxiliadora y se presentó en la radio Goycochea animada por sus compañeras de aula. "El Plebeyo" de Pinglo era su canción preferida y la que más gustaba a los oyentes... pero ese día negro para la canción criolla se borró de la programación su número preferido.
Javier Gonzáles no había conocido aún a quienes serían sus compañeros de música, triunfos, aventuras y mil experiencias con los cuales formaría Los Trovadores del Perú. Sin embargo, él ya era ídolo de la radio Goycochea y tenía en su interpretación de "El Plebeyo" a su mejor carta de presentación... pero también le sacaron dicha canción de la programación habitual.
Tanto Delia Vallejos como Javier Gonzáles protestaron por haberse eliminado su mejor número de la programación radial. Se les tuvo que mostrar la circular con la prohibición de diez canciones criollas para poderlos apaciguar.
Según se ha contado, el gobierno dictatorial de entonces pensaba que Víctor Raúl Haya de La Torre era el autor de "El Plebeyo" y las otras canciones que fueron prohibidas, de allí que las quisieron acallar. Poco tiempo después Benavides dejaría el poder y aquel mandato mediante el cual se pretendió silenciar a la canción criolla terminó en el tacho de basura.
Felipe Pinglo falleció el 13 de mayo de 1936 y su composición "El Plebeyo" se convertió en la mejor carta de presentación del bardo inmortal, llegando a traspasar las fronteras del Perú y llenándonos de orgullo a los amantes de la canción criolla. Pero también nos puso en alerta para no permitir que a otra persona se le ocurra atentar, otra vez, contra la canción popular.
Dario MejiaMelbourne, Australiadariomejia999@yahoo.com.au
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