domingo, agosto 20, 2006

Soy pisco Señores y del Perú

Soy Pisco, señores... y del Perú
Por Dario Mejia

Me obligan a compartir mi nombre,
pero no lo harán con mi historia,
tampoco me quitarán la gloria,
ni lo que me costó darle renombre.

Nací en un pueblo peruano,
hace como quinientos años
y tuve que escalar muchos peldaños,
para llegar a ser orgullo de mis hermanos.

Crecí en una tierra caliente,
llena de grandes hombres,
del que heredé su nombre
y su corazón ardiente.

Me hicieron con uva Quebranta
y en botijas de arcilla
me enviaron a otras villas,
para bendecirlos con la bebida santa.

A base de mucho trabajo
me convertí en orgullo de mi nación,
llenándome de historia y tradición,
a pesar que empecé desde abajo.

No había noche ni mañana
que no llenara de mucho ardor,
con mi color, esencia y sabor,
por ello estuve en toda jarana.

Pero mi padre se quedó dormido,
por ello lo madrugaron
y otros me registraron
como si me hubiesen parido.

Denominación de origen,
que impone la modernidad,
no defiende mi nacionalidad
y beneficia a los que eligen.

Me han impuesto otros padres,
como si los hubiese pedido
y ahora me tienen metido,
en un lío de comadres.

¿Acaso me piden mi opinión?
si la quieren, se las diré de corazón,
para que vean que tengo la razón,
por ello soy Patrimonio de mi Nación.

Mi nombre es Pisco, señores,
con P de Perú, que me dio la vida
y aunque otro esté que me pida,
no me olvido de mis valores.

Me interesa más mi dignidad,
no lo que me conviene,
porque el dinero va y viene,
mas no la verdadera paternidad.

Seguiré gritando que soy perucho,
de la tierra que me dio calidad y sabor,
que me enseñó a defender lo mío, con honor,
y hasta quemar el último cartucho.


Dario Mejia
Melbourne, Australia

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